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Mostrando entradas de agosto, 2013

Tocados de Vida (Carta abierta a Proyecto Hombre)

 Querida Familia: El pasado miércoles 21 de agosto tuve la oportunidad de deciros adiós, de concluir las 7 semanas en la Comunidad Terapéutica (CT) de Huétor Santillán (Granada). Y, al decir adiós, los sentimientos se hicieron presentes en mí permitiéndome intuir la importancia de lo vivido. No me siento capaz –al menos todavía- de contaros esta experiencia con la claridad y unidad de quien cuenta una historia, con el orden temporal de una narración. Creo, por el contrario, que podré salvar esta dificultad ofreciéndoos algunas palabras desordenadas que –a modo de ráfaga- transmitan algo de lo que en estos días me ha afectado. En primer lugar, la acogida de los usuarios de la CT me hizo fácil arrancar. Encontrar mi nombre el último de la lista me ayudó a colocarme como aprendiz, como alumno de personas que no están “tocadas de muerte ” , sino tocadas de vida : tocadas en el corazón, tocadas por situaciones difíciles que han decidido mirar de frente, con tanta valentía

Crónicas de la ciudad de Aracataca: La coherencia callada

  Cuentan las crónicas de la ciudad de Aracataca que hubo un tiempo desgraciado para aquellas gentes. Todo empezó cuando Diego Buendía consideró injustas las protestas de su hermano, quien, a pesar de su dudosa reputación, no dudo en publicar por toda la vecindad los tropiezos amorosos de Dieguito. El asunto se propagó tan rápido que algunos llegaron a pensar que era mentira. Pero no lo era. Lo acontecido exigía una toma de postura. Algunos estaban con Saldívar, el mayor de los Buendía. Alegaban éstos que era necesario defender las antiguas tradiciones, combatiendo con severidad las resbaladizas actitudes de los insensatos. Otros se declararon desde el inicio comprensivos con Dieguito. Aunque nunca quedaron del todo claras las razones por las que lo hicieron, si eran muy explícitos en sus requerimientos. Exigían una intervención de la junta de gobierno. Exigían el reconocimiento público de la inocencia de Dieguito. Exigían -sobre todo- la condena a Saldívar. El motivo -precede